En realidad, he tenido varias anécdotas graciosas y divertidas que me han pasado en estos años como farmacéutica. Os cuento tres porque les tengo un especial cariño:
Una vez vino a la farmacia una amiga mía diciendo que necesitaba a Jasmine y mi compañero, que en ese momento no entendió que mi amiga preguntaba por mí, le trajo una cajita de anticonceptivos “Yasmin”.