La pandemia de COVID-19 ha forzado cambios en el estilo de vida de la población, y estos incluyen la experiencia de compra. La farmacia comunitaria, como establecimiento de salud, debe centrarse en la seguridad, prevención y protección de los pacientes y del equipo de farmacia. Para continuar ofreciendo una sensación de proximidad y accesibilidad al paciente en tiempos de COVID-19, es importante trabajar en todos los elementos comunicativos y reforzar aquellos que aportan más ventajas [1].