La farmacia dentro del sistema de atención primaria: una oportunidad para ofrecer nuevos servicios profesionales
La conciliación de la medicación y la adherencia al tratamiento forman parte ya del día a día de la farmacia comunitaria, que ha dejado atrás su papel de dispensadora de medicamentos.
La farmacia comunitaria tiene un papel cada vez más importante. Factores como el envejecimiento de la población, la cronicidad de las enfermedades y la saturación de los sistemas de salud públicos justifican la función asistencial de las oficinas de farmacia en la vida de los ciudadanos.
Esta función, a su vez, genera una oportunidad de negocio que el farmacéutico debe considerar para proyectar su oficina de farmacia. Además, determinados servicios (dermocosmética, nutrición, ortopedia) ayudan a potenciar la venta de productos de autocuidado, productos que dejan más margen.
El modelo actual de farmacia comunitaria se enfrenta a una serie de retos para poder ofrecer una mejor atención a sus pacientes y mejorar así su calidad de vida. La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) agrupa estos retos en cuatro grandes áreas:
Integración en el sistema nacional de salud (SNS)
Integración del farmacéutico comunitario con el resto de profesionales de atención primaria y de otros niveles asistenciales.
La implantación de servicios profesionales como estrategia para la participación de la farmacia comunitaria en la gestión de la salud pública y las nuevas tecnologías para facilitar la comunicación (receta electrónica, historia clínica) entre todos los agentes implicados en la atención primaria.
La oportunidad de implantar servicios poco explotados, como la ortopedia por ejemplo, ofrece un valor añadido y potencia la venta cruzada.
Desarrollo profesional
La recertificación de los farmacéuticos comunitarios y la creación y desarrollo de la especialidad en Farmacia Familiar y Comunitaria. La evolución del profesional, la incorporación de nuevos perfiles y la implantación de nuevos servicios en la oficina de farmacia son aspectos fundamentales para la supervivencia del negocio.
Asimismo, la cartera de servicios es una excelente oportunidad para que el farmacéutico adquiera conocimientos en otros ámbitos. No solo es un especialista en medicamentos, sino que acaba convirtiéndose en un experto en consejos de salud.
Modelo asistencial
El papel clave del farmacéutico comunitario en el abordaje de la cronicidad, y en el empoderamiento del paciente. En este sentido se pueden implantar servicios relacionados con el seguimiento farmacoterapéutico, control de pacientes polimedicados, formación al paciente diabético…
Investigación y docencia
Participación del farmacéutico comunitario en la enseñanza de la práctica farmacéutica desde la universidad y la investigación científica en la farmacia comunitaria.
La nueva farmacia comunitaria puede cubrir las necesidades que demanda la población a la vez que refuerza los cimientos asistenciales, participando además en la prestación de servicios de atención personalizada domiciliaria.
Todo ello redundaría en la generación de oportunidades para ampliar la cartera de servicios y crecimiento del negocio.
En próximos artículos ahondaremos en la percepción que tiene la sociedad de la farmacia comunitaria, pero podemos anticipar que según un estudio realizado por Sefac y ratiopharm a 1.000 pacientes, el grado de satisfacción de estos hacia el farmacéutico comunitario es de 7,4 en una escala del 1 al 9 donde 1 equivale a nada satisfecho y 9, mucho.
Sin embargo, para el 41% de la población, el farmacéutico comunitario no es su primera opción a la hora de solucionar una duda relacionada con su medicación.