Farmacia Prieto Vivanco

Pablo García: Tenemos que fortalecer nuestra presencia en el sistema sanitario

Pablo García está al mando de la farmacia Prieto Vivanco, en Xinzo de Limia (Ourense). Ya en su tercera generación, esta histórica botica fue de las pioneras en la implantación de servicios. Actualmente, su cartera es muy amplia y colaboran estrechamente con la atención primaria. En el Observatorio hemos querido hacerles una visita y conocer, de primera mano, su experiencia.

 

Pablo García está al mando de la farmacia Prieto Vivanco, en Xinzo de Limia (Ourense).  Ya en su tercera generación, esta histórica botica fue de las pioneras en la implantación de servicios. Actualmente, su cartera es muy amplia y colaboran estrechamente con la atención primaria. En el Observatorio hemos querido hacerles una visita y conocer, de primera mano, su experiencia.

Pablo, tu farmacia es histórica…

Sí. La farmacia fue fundada en 1933 por el padre de mi suegro. Era un farmacéutico granadino que se casó con una oriunda de aquí y abrió la farmacia. Después su hijo, que es mi suegro, continua con la labor de farmacéutico en los tiempos de después de la posguerra, haciendo hasta de veterinario, y ampliando la farmacia análisis y óptica. Y hace seis años yo me incorporé y me quedé la farmacia. Me saqué entonces el título de ortopedia y de audioprotesista y también me especialicé en nutrición. Así, puedo tener una farmacia diferenciada.

Una farmacia diferenciada gracias a los servicios. ¿Qué importancia han ido adquiriendo?

Cada vez más, porque la labor del farmacéutico tiende hacia la labor profesional. Tiene que haber un valor añadido en la dispensación. El valor añadido es una buena formación, una formación continuada, un buen asesoramiento y también una buena diversificación. Un farmacéutico debe de saber de nutrición, conocimientos básicos de óptica, de audiología, ortopedia, dermatología, naturopatía, etc.

Se trata de una labor profesional que se inserte de alguna manera en la atención primaria y colaborar con otros profesionales de la salud, como los enfermeros, médicos, odontólogos, para poder mejorar la prevención. Al final la prevención es ahorro. Tenemos experiencias que demuestran que el farmacéutico puede estar en coordinación con otros profesionales de la salud con buenos resultados.

¿La comunicación con los demás profesionales tendría que ser, pues, más estrecha?

Hay recelos, depende de las zonas geográficas y si es una ciudad o un entorno rural. De todas maneras, a nadie le gusta que se metan en su campo, pero lo que todos queremos es la salud del paciente y luchar por el bienestar. Entonces, en la amplia mayoría de casos suele haber cooperación. Si bien, hay que informar detalladamente de lo que se va hacer, porque los límites de uno y de otro son difusos. Una vez que se hace un proyecto en común la colaboración es estrecha y agradecida. Nosotros, por ejemplo, contactamos con los demás profesionales sanitarios a través del Centro de Salud, con la persona que se encarga de coordinar a todo el equipo médico.

¿Qué servicios concretos prestas en la farmacia?

Gabinete audiológico, óptica, ortopedia, nutrición, dietética, ditoterapia (cómo afecta la dieta a la piel), homeopatía, naturopatía, dermatología, alimentación infantil, análisis. Estas son las grandes áreas que tenemos. Tenemos también equipamiento y maquinarias para prestarlos, como la herramienta que mide la tensión del ojo. Además tenemos una zona para el paciente, y cuando le hacemos análisis y medimos la hipertensión, le explicamos qué significan los resultados que salen y le damos un valor añadido. También miramos la glucosa, el colesterol, hacemos oximetrías. Eso sí, nosotros no diagnosticamos, sólo avisamos si algún valor está fuera de su rango y recomendamos que consulten con su facultativo. Al final prevenimos patologías.

Todos estos servicios, ¿tienen una buena acogida?

Sí, sobre todo las personas de a partir de 50 años y jubiladas son las que más los agradecen. Son los que empiezan a tener enfermedades crónicas, como diabetes, colesterol, hipertensión, etc. A parte, los jubilados tienen mucho tiempo libre, pueden venir a tomarse la tensión con calma. Una persona que trabaja casi no tiene tiempo de pasar por aquí, es más complicado. La gente joven muchas veces sufre alguna patología irreversible por falta de tiempo de someterse a análisis analizarse. Con nuestra salud, tenemos que ser egoístas.

¿Utilizas herramientas digitales en la farmacia?

Yo soy bastante activo en las redes sociales y creo que se debe informar más a la gente a través de ellas porque el número de usuarios a los que llegas es muy grande. Ahora, las redes sociales son útiles en, por ejemplo, formación, no en ventas. De hecho, sólo el 10% de las farmacias españolas están en redes, y de ese 10% sólo un 10% vende. Es decir, sólo un 1% de las farmacias españolas vende algo en redes sociales. Ahora, como valor añadido, sí, te resta si no estás. 

¿En un futuro las farmacias podrán prestar servicios online?

Sí, pero se trata de servicios de por ejemplo, de asesoramiento, que, hoy en día, no se cobran. Además, en mi opinión, en todo el tema sanitario tiene que haber un contacto cara a cara y también un contacto psicológico; hay que entender a la persona en su contexto.

¿Qué le pides al año nuevo para el sector de la farmacia?

Que sigamos trabajando de una forma profesional para fortalecer nuestra presencia dentro del engranaje del sistema sanitario, deseando poder ayudar a detectar patologías cuanto antes mejor y hacer prevención.

 

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