Óscar de Haro, farmacéutico en un pueblo Ciudad Real
Entre otros servicios, su farmacia ofrece asesoramiento dietético y dermocosmético y detección precoz de la osteoporosis.
Óscar de Haro es Licenciado en Farmacia por la Universidad de Granada, donde presentó una tesis doctoral sobre el papel de la fibra dietética en la enfermedad inflamatoria intestinal.
En su trayectoria profesional, ha trabajado en seis farmacias de diferentes provincias hasta que adquirió la actual oficina de farmacia, en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real). En ella se ha especializado en servicios de asesoramiento dietético y dermocosmético, así como un servicio de detección precoz de la osteoporosis.
¿En qué medida crees que puede ayudar la Cartera de Servicios al futuro y a la evolución profesional de la Farmacia en España?
La farmacia tiene su principal fuente de ingresos en la venta de medicamentos, aunque históricamente también ha ofrecido servicios como la venta de otros productos (ortopedia, parafarmacia, óptica…) y la realización de análisis clínicos. La cercanía con los pacientes ha permitido que la sociedad reconozca la profesionalidad de los farmacéuticos. Esta buena valoración nos ha facilitado la implantación de otros servicios, como los de dietética o dermo-cosmética.
El rendimiento económico de estos servicios no se debe cuantificar sólo en el dinero directamente recaudado, ya que la mayor vinculación de los pacientes con la farmacia conllevará necesariamente un incremento en las ventas de productos. Además, se gana en credibilidad y se incrementa la posibilidad de que nuestro consejo profesional sea escuchado a la hora de recomendar cualquier tratamiento.
Para optimizar esta sinergia entre la oferta de servicios y la venta de productos es muy importante que compartan el espacio. Si ponemos una báscula al lado de la puerta es posible que más gente se pese, pero al estar dentro podremos ofrecer un seguimiento dietético más fácilmente.
Otro aspecto importante es qué servicios ofrecer. Debe cubrir una necesidad existente. Muchas farmacias han gastado una gran cantidad de dinero en sistemas de dosificación de unidosis y luego se han encontrado que sus pacientes no estaban interesados, ni tan siquiera al hacerlo gratuitamente. Igualmente, tampoco tiene sentido ofrecer algo que el consumidor ya tenía al alcance de su mano. Hay que diferenciarse. Si, por ejemplo, en nuestro entorno hay ya muchos servicios de dietética, tal vez sea una buena opción especializarse en una rama concreta, como puede ser la deportiva.
Para terminar, me gustaría destacar que, para cualquier actividad que se ponga en marcha es necesaria ilusión. Si no tenemos ilusión será muy difícil formarse adecuadamente, instalar el material necesario, y llevar a cabo el trabajo necesario.
Podéis seguir a Óscar de Haro en Twitter