Ana Molinero

Ana Molinero: “En la Universidad se debería hablar de servicios desde el principio”

Ana Molinero es farmacéutica, vicepresidenta de SEFAC y profesora asociada de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH). Titular de su farmacia en Fuenlabrada desde hace 15 años, lleva más de treinta en la profesión. Para ella, la farmacia ha sido siempre asistencial y cuenta con una larga trayectoria prestando servicios profesionales farmacéuticos. En el Observatorio, hemos querido analizar con ella la situación actual del sector.

Ana Molinero es farmacéutica, vicepresidenta de SEFAC y profesora asociada de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH). Titular de su farmacia en Fuenlabrada desde hace 15 años, lleva más de treinta en la profesión. Para ella, la farmacia ha sido siempre asistencial y cuenta con una larga trayectoria prestando servicios profesionales farmacéuticos. En el Observatorio, hemos querido analizar con ella la situación actual del sector.

Ana, llevas más de diez años ofreciendo servicios profesionales farmacéuticos en tu farmacia ¿Por qué son importantes?

La única forma de que la farmacia sea sostenible y viable es con servicios orientados al paciente y remunerados. No podemos vivir solamente de la dispensación y tampoco creo que sea lo mejor para la profesión. Tenemos que luchar por mantener el medicamento con nosotros e irle añadiendo cosas que den valor a nuestra actuación profesional.

¿Qué servicios prestas en tu farmacia?

Empecé con cesación tabáquica en el año 2000 y hemos tenido muchos pacientes; tenemos medición de la presión arterial, vamos a iniciar la revisión de la medicación, tenemos servicios de SPD (colaboramos con la Consejería de Sanidad en el programa de atención al mayor polimedicado). También trabajamos en deshabituación de heroína e intercambio de jeringuillas. Además participamos de todas las campañas que se organizan, hacemos cribajes de diabéticos, de personas con colesterol elevado, etc.

¿De todo este abanico, cuáles tienen mejor acogida por parte de los pacientes?

Sin lugar a dudas, el de cesación tabáquica. En su momento fuimos pioneros en el barrio porque el centro de salud tampoco ofrecía este servicio con lo cual, cuando empecé, no sólo hacía la cesación sino que, muchas veces, tenía que comunicarme con el médico por carta y la gente valoraba que pudiera haber un seguimiento por nuestra parte para ayudarle a dejar de fumar. Los servicios de cribaje con parámetros biológicos también están muy bien aceptados y ahora que hemos empezado con la revisión de la medicación en una población relativamente mayor está teniendo muy buena acogida; y por supuesto los servicios de SPD están muy bien valorados por los pacientes.

¿Con qué dificultades se encuentra en el momento de implantar un servicio?

El problema es que no se trata de implantar un servicio de la noche a la mañana. Primero tienes que ver cómo es tu población, sus necesidades y luego formarte y protocolizar la acción y explicarlo al público porque, de entrada, un paciente no vendrá a pedir un SPD; no conoce qué es ni qué beneficios va a tener. Tienes que estar pendiente de qué puede necesitar el paciente en un momento determinado y, en ese momento, ofertarle lo que tú tienes. 

En el servicio de cesación comentas que ya hace años te comunicabas con los profesionales del centro de salud ¿cómo es hoy la relación con ellos?

Ahora mismo la relación entre los profesionales sanitarios es a partir de la buena voluntad entre los que se van a relacionar. No tenemos nada institucional para comunicarnos; tenemos una receta electrónica infrautilizada y podría ser un vehículo estupendo. La comunicación tiene que darse y  siempre para que el paciente salga beneficiado. Tenemos que montar vías de comunicación que cada vez más estén protocolizadas. Hasta ahora ha sido buena voluntad pero debe ser algo protocolizado y una práctica habitual entre todos los sanitarios.

Por ejemplo, nosotros los farmacéuticos, desde SEFAC, vamos de la mano de sociedades médicas y científicas en todos los proyectos de capacitación que realizamos.

¿Cómo se enfocan los servicios en la formación de los futuros farmacéuticos?

Cuando hablo con mis alumnos a veces parece que la receta viene con el paciente y eso no es así, hay dispensación y muchas cosas a su alrededor. Todo esto hay que enseñarlo antes posible en las facultades; habría que integrar toda la práctica que realmente se está haciendo en farmacia a lo que se enseña.

Sí que es cierto que en Alcalá de Henares tenemos bastantes talleres en los que cómo ofrecer un servicio, con qué protocolo, ponemos casos clínicos reales de nuestras farmacias; para que los estudiantes se habitúen en el manejo de ellos. Siempre intentamos que los alumnos vean que la farmacia tiene mucha vida, mucho que decir, que puede desarrollar más que  dispensación e indicación.

¿Utilizas herramientas digitales en su farmacia?

Hace unos años tuve una página web profesional en la que daba consejos farmacéuticos; no había redes sociales y al final desapareció. Ahora uso una página de Facebook no demasiado activa. En mi cuenta personal sí que hablo de la profesión, los servicios y mi idea es intentar darme a conocer a través de redes sociales. Creo que la realidad es esta y no podemos mirar hacia otro lado. Cuando me dedique a ello a fondo quiero que sea algo muy profesional, dedicado a orientar a los pacientes. Podemos estar o no estar pero si estamos vamos a hacerlo lo más profesionalmente posible.

¿Ves como una opción la prestación de servicios farmacéuticos online?

Ahora hay venta de medicamentos y con eso tiene que haber algo más, debería montarse un servicio de indicación o de asesoramiento sobre esos medicamentos. El medicamento no se puede banalizar, en todo momento debería haber, al menos,  un cuestionario digital antes de mandar un cierto medicamento a una determinada persona. Si alguna vez lo hago intentaré que sea de esta manera.

Así que, ¿servicios online? ¿por qué no? Cuando tenía mi página web ofrecía tests online de cesación tabáquica. Los resultados me llegaban a mí y yo contactaba con la persona que los hacía y le invitaba a pasar por la farmacia para conocer el programa de cesación; pero ahora es cierto que se le puede atender sin este “pase por la farmacia”.

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