La clave para ser Lean es focalizarse en eliminar todas aquellas tareas que ejecutamos en el día a día de nuestros procesos y que no aportan valor añadido (defectos, errores, repeticiones, esperas, movimientos…) para dedicar esos recursos a otras actividades que si contribuyen de forma activa a proporcionar unos mejores cuidados y atención sanitaria a nuestros pacientes.