Covadonga y Martín Ramírez De Diego: “Muchas farmacias están dejando de formular, lleva mucho tiempo, pero merece la pena”

Contadnos un poco de vosotros. ¿Cuántos años hace que ejercéis como farmacéuticos? ¿Por qué os decidisteis a ser farmacéuticos?

Martín: Acabé estudiando farmacia por mi padre. Yo siempre creí que mi vocación era ser veterinario, pero no me dio la nota para entrar en la Facultad y mira por dónde, ahora creo que nací para ser farmacéutico, lo que pasa es que tardé en darme cuenta. Fue la vida la que me marcó el camino. Hubiera sido un veterinario terrible.

Habladnos un poco de la farmacia donde trabajáis. ¿Cuánto hace que está abierta? ¿siempre ha estado en la misma ubicación? ¿la denominación de la farmacia ha sido siempre la misma?

Martín y Covadonga: compramos la farmacia de nuestro padre en 1999 y después de 20 años allí, nos surgió la posibilidad de adquirir un local más amplio que estaba en obra, así que lo pudimos distribuir a nuestro gusto. Justo antes de la pandemia inauguramos el local que triplicaba en espacio al anterior con un laboratorio de fórmulas magistrales a la vista del público. Una especie de show compounding. Cualquier persona que entraba en la farmacia podía ver a través del cristal el proceso de elaboración de fórmulas magistrales.

Aunque todo el mundo en la localidad conoce que elaboramos fórmulas magistrales, el hecho que el laboratorio dejase de ser un espacio escondido en el fondo de la farmacia para tener un espacio protagonista permitió acercar la formulación magistral a la ciudadanía.

Covadonga: Sí, la farmacia ha tenido este nombre desde que la adquirimos nosotros. La continuación de la farmacia Ramírez de nuestro padre, pero al incorporar el apellido de nuestra madre era un reconocimiento también a su trabajo dentro de la farmacia tantos años. Nos pareció que era lo justo. 

¿Cuántas personas forman parte del equipo de la farmacia?

Actualmente somos dos farmacéuticos titulares, tres auxiliares y la persona que nos ayuda en la limpieza.

¿Qué servicios ofrecéis en la farmacia? ¿Cuáles son los más importantes o los que destacaríais?

Somos farmacia de servicios y apostamos por los servicios como herramienta de profesionalización. Los servicios que más nos diferencian son la formulación magistral y, nos hemos especializado en el servicio de asesoramiento en tratar de minimizar los efectos sobre la piel en pacientes oncológicos.

También ofrecemos SPD, Servicio Personalizado de Dosificación (SPD), servicio control,  seguimiento y apoyo de pacientes en tratamiento con opiáceos, deshabituación tabáquica, colocación de pendientes, estudio capilar, control del paciente diabético. Control del riesgo cardiovascular y el servicio de revisión de botiquines domésticos.

En la Farmacia Ramírez de Diego, estáis especializados en formulación magistral y elaboración de medicamentos a medida. ¿Cómo es el proceso? ¿es un servicio muy demandado? ¿quién realiza la formulación?

Martín: A la formulación me dedico yo, es un servicio al alza, tanto en la demanda entre nuestros pacientes que saben que formulamos como la elaboración a terceros. Muchas farmacias están dejando de formular, así que a nosotras nos beneficia y es un servicio por el que apostamos fuertemente, porque además nos encanta, lleva mucho tiempo, pero merece la pena.

“Muchas farmacias están dejando de formular porque lleva mucho tiempo, pero merece la pena”

¿Cuál es el perfil de cliente que visita vuestra farmacia? ¿piden muchos servicios farmacéuticos?

Somos una farmacia rural, con una población censada de menos de 1.500 habitantes. Está situada en zona de costa de Asturias con lo que la población crece de manera exponencial en los meses de verano. Esto nos da un perfil de cliente heterogéneo, pues tenemos nuestros pacientes durante todo el año, pero en los meses de verano debemos dar respuesta al turista vacacional. Las necesidades son diferentes y es necesario estar preparados.

También elaboramos fórmulas magistrales a terceros, lo que supone que este perfil de cliente de proximidad se amplía al mercado regional y provincias limítrofes.

¿Qué herramientas de comunicación usáis con el paciente? ¿cómo os soléis comunicar con ellos?

Usamos mucho el mostrador, nos gusta hablar y escuchar a nuestros clientes, pero conocemos que hoy día ampliar los canales de comunicación nos hace llegar a más clientes: disponemos de atención por WhatsApp, tenemos una APP de nuestra farmacia y por supuesto, correo electrónico, redes sociales, sistemas de geolocalización y teléfono.

¿Y con los médicos? ¿Mantenéis una relación fluida?

Lo intentamos, pero como todo es mejorable, las nuevas tecnologías han acercado la relación a través de la receta electrónica o el correo electrónico. He notado que, por ejemplo, en formulación magistral es un campo en que nos demandan mucha información y ayuda.

¿Cómo imagináis la farmacia comunitaria del futuro?

La farmacia del futuro va a tener un papel muy importante en la tecnología, esto permitirá ahorrar tiempos para centrarse en la atención al paciente y ofrecerles una atención más personalizada: el futuro creo que son los robots, adaptarse de nuevo a las nuevas tecnologías y sobre todo estar atentos al uso correcto de la IA que ya no es el futuro sino el presente.

Martín, actualmente eres el delegado en Asturias de Farmamundi, ¿cómo puede colaborar Farmamundi con la farmacia rural?

Somos la delegación de Farmamundi en Asturias desde el año 2001. Colaborar con Farmamundi es sencillo, bien haciéndote socio (opción preferida) y sobre todo apoyando nuestras campañas, la lotería de navidad, las huchas, los ositos solidarios y otras tantas que vamos sacando año a año. También a través de nuestra tienda solidaria online, pero, sobre todo, ayudándonos a difundir que la salud es un derecho universal. Podéis ver más información sobre nuestro trabajo en www.farmamundi.org, pero sobre todo ve donde tengas una delegación cercana con la que contactar y ver cómo colaborar.

Por último, ¿qué mensaje le darías a un estudiante de farmacia que tiene toda su carrera profesional por delante?

Mi hijo Martín quiere seguir la tradición y cuando le llegue el momento, convertirse en farmacéutico. Lo único que se me ocurre decirle es que es la profesión más bonita del mundo. Ahora bien, que sea lo que él quiera o lo que el destino le tenga preparado. Es una profesión bonita, con muchas salidas y sobre todo los animaría a especializarse ya desde la Universidad, ya que los servicios son el futuro de la farmacia.

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Elena Monje