La dispensación: servicio y eje de nuestra actividad

Según Wikipedia, “en farmacia la dispensación es el acto en que el farmacéutico entrega la medicación prescrita por el médico al paciente, junto a la información necesaria para su uso racional”. Según la definición de FORO AF-FC, es “el servicio profesional del farmacéutico encaminado a garantizar, tras una evaluación individual, que los pacientes reciban y utilicen los medicamentos de forma adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis precisas según sus requerimientos individuales, durante el periodo de tiempo adecuado, con la información para su correcto proceso de uso y de acuerdo a la normativa vigente”.

Esta definición, aunque se refiera a medicamentos, es generalmente aplicable a productos sanitarios.

Vista la definición, vayamos a las matemáticas. Haciendo números gordos, en España hay unas 20.000 farmacias que supongamos que hacen 100 dispensaciones al día, por tanto, miremos a un escenario en el que 2 millones de personas son atendidas cada día en nuestro país en la red de farmacias comunitarias. Creo que, aunque el dato no sea exacto, nos sirve para darnos cuenta de la magnitud de nuestra actividad diaria, que supone unos 700 millones de dispensaciones al año.

Ahora que hablar de la farmacia de servicios y asistencial está en auge creo que debemos reflexionar sobre la dispensación como servicio. Se denomina servicio, en líneas generales, la condición de servir, es decir, de dar o prestar apoyo o asistencia a alguien valiéndonos de un conjunto de medios materiales o inmateriales.

Tal y como yo lo veo la dispensación es un servicio que se produce en el momento en el que el cliente lo demanda, esto hace que aumente la complejidad de la situación, no atendemos con cita previa, estamos ahí, preparados siempre. Debemos además tener en cuenta que la puerta de entrada para otros servicios profesionales es casi siempre la dispensación, razón de más para no olvidarnos de ella.

La dispensación como eje de la farmacia

La dispensación es el eje de nuestra actividad, todo lo demás gira en torno a ese momento. Gestionamos stocks, recursos humanos, tecnología, tenemos espacios, conocimientos, habilidades de comunicación y todo para ponerlo a disposición de la sociedad cuándo ésta lo demanda. Merece la pena esforzarnos para mejorar un poco cada día, hacer un auténtico acto profesional en el momento en el que atendemos a las personas que entran a diario en la red de farmacias.

Aumentar los estándares de calidad en la actividad que más realizamos tiene un impacto incalculable para nosotros como profesionales, porque indudablemente estaremos más satisfechos, ayudando a la sociedad que recibe este servicio y al sistema sanitario en su conjunto, ya que una buena dispensación es altamente coste-eficiente.

Como farmacéutica de barrio y desde la trinchera de mi mostrador no diré que busquemos la excelencia, está muy manida la expresión y, además, hay otra que me gusta mucho más que dice “la mejor manera de comerse un elefante es hacerlo en trozos pequeños”.

La mejor manera de ser mejores en 700 millones de actos profesionales por año es partirlo en trozos y hacer cosas pequeñas, aplicar mejor nuestro conocimiento, apoyados en la tecnología, mejorar nuestras habilidades de comunicación y plantearnos pocos objetivos en situaciones de alta prevalencia para que tengamos oportunidades de aprendizaje: no se trata de estudiar más, se trata de hacer mejor.  A los que, como yo, estáis en las trincheras os deseo un 2020 lleno de felices y mejores dispensaciones.

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