Atención global al paciente diabético desde la oficina de farmacia

Atención global al paciente diabético desde la oficina de farmacia

La oficina de farmacia es un punto clave para la detección y gestión de la diabetes, desde el cribado hasta la educación del paciente sobre el uso de medicamentos y estilo de vida saludable.

La diabetes es un problema de salud público con tendencia al alza, y es que se calcula que el número de personas con diabetes tipo 2 ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014 [1]. El estilo de vida y la medicación son fundamentales en la prevención y tratamiento de la enfermedad, y desde la oficina de farmacia pueden surgir oportunidades para colaborar en su erradicación.

La farmacia comunitaria puede convertirse en un lugar de referencia para el paciente diabético, pues el profesional farmacéutico puede ayudar a la gestión y el control de esta enfermedad. Otro papel fundamental del personal de farmacia puede ser la detección precoz, pues un 25% de los pacientes podría tener un riesgo alto de padecer diabetes [2].

 

Cribado y detección

La detección precoz de la diabetes puede ayudar a todos aquellos pacientes que desconocen su condición a mejorar su calidad de vida y su bienestar. Desde la farmacia, es posible contribuir con iniciativas de cribado y derivación al médico para un posible diagnóstico.

Ante los factores de riesgo que indican diabetes, es recomendable que el paciente consulte con su médico. Algunos de estos factores de riesgo incluyen:

  • Índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 27
  • Antecedentes familiares de diabetes
  • Hipertensión arterial
  • Dislipemia
  • Antecedentes de diabetes gestacional
  • Tolerancia alterada a la glucosa
  • Tabaquismo

     

Autocontrol asistido

Otra función de la oficina de farmacia puede ser instruir al paciente diabético para enseñarle a hacer su control metabólico, de su enfermedad y de otras asociadas. De entre los pacientes con diabetes, solo un 29,4% sabría qué hacer en el caso de que una persona estuviera inconsciente por hipoglucemia [3], lo que indica la relevancia de la función educativa de la farmacia.

El farmacéutico también puede guiar en el correcto uso de los dispositivos de control de glucemia, la utilización de la insulina y otros medicamentos e información sobre su tratamiento en general con tal de mejorar la adherencia terapéutica ante casos de diabetes.

 

Hábitos saludables

Aconsejar e informar sobre estilos de vida saludables puede resultar muy útil al paciente diabético o en riesgo alto. Entre las recomendaciones de salud que se pueden ofrecer en relación con la diabetes se encuentran:

  • Ejercicio moderado unas cinco veces por semana o, en todo caso, seguir un plan personalizado.
  • Adaptar la alimentación realizando entre 3 y 5 tomas al día y reducir los hidratos de carbono de absorción rápida.
  • Seguir una dieta saludable.
  • Beber agua regularmente para combatir la deshidratación.
  • Realizar frecuentemente controles de glucosa.
  • Realizar revisiones con el oftalmólogo por las posibles complicaciones derivadas.
  • Visitar el podólogo con regularidad para revisar la circulación y la sensibilidad.

 

 

Referencias

 [1] Organización Mundial de la Salud. Informe Mundial sobre la Diabetes. Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/254649/9789243565255-spa.pdf?sequence=1

[2] SEFAC. Resultados de la campana multidisciplinar de diabetes. Disponible en: https://www.sefac.org/notas-de-prensa/resultados-de-la-campana-multidisciplinar-de-diabetes

[3] SEFAC. La diabetes en España desde la perspectiva de la farmacia comunitaria. Disponible en: http://www.farmaceuticoscomunitarios.org/en/system/files/journals/1156/articles/diabetes.pdf

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