El e-commerce en la farmacia, ¿realmente necesario?
En este post no voy a hacer una valoración del grado de penetración que este nuevo canal tendrá entre los usuarios de las e-farmacias, ni poner en duda el derecho del ciudadano a recibir un asesoramiento personalizado en relación al medicamento que desea adquirir. Sin embargo, hay varias cosas que como farmacéutica, y con los años de ejercicio profesional que me avalan, me permito cuestionar sobre el e-commerce en la farmacia.
Hoy en día la tecnología está al alcance de la gran mayoría, lo que sumado al incremento y diversificación del uso de los dispositivos móviles, ha hecho posible el uso masivo del canal “online”, entorno que hace muy pocos años era impensable, fortaleciéndose así el uso de las plataformas digitales, que ya ha dejado de ser tendencia para convertirse en realidad.
Es innegable que la gran mayoría no salimos de casa sin nuestro smartphone, los tenemos a mano o en la mano casi siempre (no hay más que mirar a nuestro alrededor). Muchos, entre los que me incluyo, ni siquiera los apagamos de noche porque se han convertido en elementos indispensables en nuestra vida dando la vuelta a nuestra forma de interactuar con el mundo.
Son cuantiosos los estudios que apuntan a la importancia del incremento del número de usuarios de compras “online” (Consultad el post anterior sobre las estadísticas y tendencias del e-commerce en la farmacia) y cada día asistimos como espectadores al cambio en la manera en la que los consumidores toman las decisiones de compra y realizan transacciones.
Como hace referencia Alejandro Touriño, con la aprobación y publicación del RD 870/2013 de 8 de noviembre se abrió la puerta a la venta a distancia al público, a través de sitios web, de medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica. Es decir la dispensación telemática de medicamentos no sujetos a prescripción, ya es legal.
Cualquier farmacia española, abierta al público y legalmente establecida, puede vender “online” y de manera regulada, medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica, que son los que denominamos OTC. Esto significa que los farmacéuticos tenemos la posibilidad de abrir las puertas de nuestras farmacias más allá de las actuales fronteras físicas, lo que es para nosotros una gran oportunidad de estar en contacto con nuestro público, con nuestros pacientes, y asegurando todas las garantías para el usuario contempladas por la normativa.
En este post no voy a hacer una valoración del grado de penetración que este nuevo canal tendrá entre los usuarios de las e-farmacias, ni poner en duda el derecho del ciudadano a recibir un asesoramiento personalizado en relación al medicamento que desea adquirir. Sin embargo, hay dos cosas que como farmacéutica, y con los años de ejercicio profesional que me avalan, me permito cuestionar.
La primera es imposibilidad de realización a través de este nuevo canal del Servicio Farmacoterapeútico (SFT). En esta práctica profesional en la que el farmacéutico se responsabiliza de las necesidades del paciente sobre sus medicamentos, detecta, previene y resuelve problemas relacionados con los mismos, es vital un contacto directo y personal con el paciente. Una dispensación “online” nos limita el contacto directo y por tanto nos impide realizar adecuadamente este SFT.
La segunda cuestiona por qué que un modelo de farmacia como el nuestro necesita de ventas telemáticas. Argumento esta opinión que en base a que un modelo de farmacia como el español, regulado y planificado donde el 99,9 % de los ciudadanos disponen de una farmacia en el lugar donde viven, asegura el acceso al medicamento en condiciones de igualdad y de equidad. Este modelo de farmacia no necesita de ventas “online”.
Es más que probable que el grado de penetración de este nuevo canal se vea directamente relacionado con un posible incremento de la automedicación, que es algo muy preocupante para todos los profesionales sanitarios, entre los que nos encontramos los farmacéuticos.
En conclusión, considero que la e-farmacia no va a reducir las barreras actuales, puesto que nuestro modelo de farmacia por su accesibilidad ya no las tiene.
No es necesario incrementar la zona de influencia, ya que el modelo actual de farmacia permite que el 99,9 % de los ciudadanos dispongan de una farmacia en el lugar donde viven y que asegura el acceso al medicamento en condiciones de igualdad y de equidad.
Por último destaco que los farmacéuticos no queremos tener beneficios en base a un posible incremento de la automedicación, por el contrario, perseguimos el beneficio sanitario, lo que se garantiza con una práctica correcta del Seguimiento Farmacoterapéutico.
Ana Prieto
Farmacia Prieto de Lugo.
Gestión y regulación de la oficina de farmacia.
@anaprietonieto