Préstamo Personal vs. Préstamo Hipotecario en la farmacia: ¿cuál es mejor?
En los anteriores hemos visto las oportunidades que la deuda puede ofrecer a nuestro negocio, analizando además si la financiación puede ser propia, ajena o mixta. Cuando necesitamos recurrir a financiación externa para acometer un nuevo proyecto, a menudo nos surge la duda entre los distintos productos bancarios que nos ofrecen. En este post hacemos un breve resumen de los dos productos bancarios más utilizados: Préstamo Personal vs Préstamo Hipotecario. Conoce qué ventajas e inconvenientes tiene cada uno para tu negocio.
Para poder elegir es fundamental conocer primero a fondo los dos productos:
El préstamo personal es un producto bancario por el que la entidad de crédito concede al prestatario (en este caso el farmacéutico) una cantidad de dinero con la obligación de devolver la misma cantidad en cuotas periódicas constantes, en cuyo importe se incluye una parte del capital y otra de intereses.
Se denominan personales porque se otorgan en consideración a la capacidad económica del prestatario. A este fin, la entidad de crédito, antes de la concesión del mismo, acostumbra a solicitar al prestatario que le acredite sus ingresos, los rendimientos de su capital mobiliario o inmobiliario, y un inventario de su patrimonio mediante declaración jurada.
El tipo de interés es el precio del dinero concedido por la entidad que habrá de pagar el prestatario y que puede ser fijo o variable, según se mantenga inalterable o no a lo largo de la vida del préstamo.
En los préstamos personales a tipo fijo el interés suele ser superior al de los de tipo variable, ya que en estos casos el prestatario no asume el riesgo del incremento del precio del dinero. Por contra, en las operaciones a tipo variable el interés cambia a lo largo de su período de amortización, al alza o a la baja, dependiendo de la evolución futura del índice o tipo que se tome como referencia.
Por último, señalar que el préstamo se devuelve mediante el pago de cuotas periódicas, normalmente mensuales. Si el prestatario se retrasa en el pago de dichas cuotas tendrá que afrontar el pago de intereses de demora, cuyo tipo es superior al de los intereses ordinarios. En el supuesto de impago prolongado, la entidad puede conseguir judicialmente que se embarguen sus bienes.
El préstamo hipotecario, por su parte, es también un producto bancario que permite al prestatario recibir una cantidad de dinero del prestamista a cambio de devolverla con los intereses correspondientes, asimismo en pagos periódicos. Pero a diferencia del préstamo personal este otro préstamo cuenta con una garantía especial a favor de la entidad financiera, que es la constitución de una hipoteca sobre un inmueble propiedad del prestatario.
Las consideraciones hechas respecto de los tipos de interés en relación con los aplicables a los préstamos hipotecarios son similares y sirve lo descrito más arriba.
En el supuesto de impago, la entidad de crédito puede recuperar la cantidad pendiente de cobro mediante la venta del bien objeto de hipoteca. Existe una ejecución judicial o extrajudicial de la hipoteca, siguiendo, en el primer caso, el procedimiento de ejecución hipotecaria establecido en la Ley de Enjuiciamiento Civil o en su caso, el procedimiento ejecutivo extrajudicial, con la intervención del notario competente, previsto en la Ley Hipotecaria.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE UNO U OTRO PRÉSTAMO:
A la hora de elegir uno u otro préstamo es de fundamental importancia para el prestatario conocer con precisión el importe que necesita y el tiempo estimado en su devolución. En atención a ello se destacan la finalidad y las ventajas e inconvenientes de uno y otro préstamo:
Préstamos personales:
- Están destinados a la adquisición de bienes de consumo: vehículos, bienes de equipación para la farmacia, reformas y reparaciones, viajes o pago de matrículas, entre otros.
- Las entidades ofrecen más facilidades en la concesión de estos préstamos y en mejores condiciones a quienes son sus clientes.
- Los importes no son elevados y su tramitación es más rápida que en la de los préstamos hipotecarios.
- Los gastos que implica su concesión son menores que en los hipotecarios: no hay tasación de bienes, no hay gastos de escritura notarial, ni inscripción ni cancelación en el Registro de la Propiedad.
- Al ser los plazos más cortos la cuantía total de intereses se reduce.
- Suele exigirse la contratación de algunos seguros y los gastos por el cobro de comisiones pueden ser altos: de apertura, de amortización anticipada o de cancelación parcial.
Préstamos hipotecarios:
- Normalmente están destinados a la adquisición de inmuebles (como un nuevo local para la farmacia) o para obtener importes elevados con finalidades diversas.
- A igualdad de plazo e importe, un préstamo hipotecario es siempre más barato que uno personal. Un hipotecario permite plazos más largos de vigencia de la operación, lo que conlleva el pago de cuotas periódicas menores e intereses más bajos, aunque estos serán más altos si se agota el plazo del préstamo.
- Existe la posibilidad de renovar la hipoteca modificando las condiciones primeramente establecidas en favor de ambas partes.
AYUDA A LA HORA DE DECIDIR
Como antes se ha avanzado, el análisis de las variables del importe y el tiempo en la elección del préstamo son claves Si la cantidad a solicitar no es elevada y se tienen unos ingresos estables que permitan afrontar el pago de las cuotas mensuales y devolverlo en un tiempo reducido, podrá optarse por el préstamo personal, con lo que además la cuantía total de intereses se reducirá. Si, en cambio, se pretende una cantidad elevada de dinero, queremos seguridad, pago de cuotas más pequeñas a devolver en más tiempo y facilidad de una amortización o cancelación parciales, se optará por el préstamo hipotecario.