Un pequeño gesto, un gran paso.

La farmacéutica Patricia Menéndez explica la importancia del papel de la farmacia en la detección de arritmias cardíacas. En su artículo, describe cómo se debe realizar correctamente la detección del pulso.

Patricia Menéndez

Patricia Menéndez es Farmacéutica adjunta en Asturias y vocal de la delegación de SEFAC en Asturias.

¿Cuántas personas pasan por la farmacia cada día? ¿Cuántas nos piden que les tomemos la presión arterial? Después de la pandemia de COVID-19, poquito a poquito estamos volviendo a la normalidad, con estrictas medidas de seguridad, pero todo debería volver poco a poco a como antes de la pandemia.

Un pequeño gesto, como es la toma del pulso o la detección de un pulso irregular, puede salvar vidas. La detección de arritmias cardiacas y su posterior derivación al médico para su estudio y diagnostico hacen que el farmacéutico ponga en valor su papel asistencial en la salud del paciente.

Un corazón de adulto sano late en reposo entre 60-100 latidos por minuto de forma regular en ritmo sinusal.

La arritmia es un término muy amplio que abarca todas las alteraciones tanto en la frecuencia como en la secuencia de activación del corazón. Las arritmias que podemos detectar sin falta de electrocardiograma en la farmacia comunitaria son las bradicardias, las taquicardias y aquellas que presentan un pulso no regular. Muchas de estas arritmias están asociadas a patologías frecuentes, como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardiaca, etc.

Dentro de las arritmias, nos encontramos con la fibrilación auricular (FA), que es la arritmia cardiaca más común. Tiene una prevalencia superior al 10% en pacientes mayores de 70 años, pudiendo darse, incluso, en personas más jóvenes, alcanzando aproximadamente a un 2% de la población mundial.

Muchas veces pasa desapercibida, ya que, aunque los síntomas más frecuentes son mareos, palpitaciones y síncopes, en un alto porcentaje son asintomáticas. Pero no por ello tienen menor riesgo de complicaciones. En cualquier caso, debe hacerse un estudio personalizado y ajustado a cada paciente.

Se ha demostrado que un diagnóstico precoz de FA es primordial, ya que la instauración de un tratamiento anticoagulante puede evitar eventos cardiovasculares peligrosos (anginas, ictus, isquemias…)

Por todo ello, ya que las farmacias somos cada día más accesibles y contamos con conocimientos y recursos a disposiciones del paciente, podemos hacer de un pequeño gesto, un gran paso hacia la salud del paciente.

La toma del pulso en la farmacia, junto con la toma de la presión arterial, es un método simple y cómodo tanto para el paciente como para el farmacéutico.

Para tomar del pulso de forma correcta en la farmacia, lo ideal es que el paciente esté tranquilo en la zona de atención farmacéutica, sentado cómodamente con los pies en el suelo y siguiendo los protocolos establecidos para la correcta medición de la presión arterial. Primero, deberíamos proceder a la retirada de pulseras, relojes u otros objetos que impidan una correcta medición. A continuación, a la desinfección de la zona de la muñeca. Ya, por último, situaremos al paciente con el antebrazo apoyado en una superficie y con la palma de la mano hacia arriba. De esta forma, procedemos a la toma del pulso con nuestra mano dominante. Colocaremos nuestros dedos índice, anular y corazón entre la base de la mano del paciente junto a su muñeca. Una vez localizado el pulso contaremos durante 30 segundos y multiplicaremos por dos. Así, obtendremos la frecuencia cardiaca. Durante estos 30 segundos de medición, aprovechamos para notar si el pulso sigue un patrón regular.

Actualmente, muchos tensiómetros de los que utilizamos de forma habitual detectan pulsos irregulares. No obstante, antes de derivar al paciente, deberíamos verificarlo manualmente y, tras la comprobación y en caso de que el paciente no este diagnosticado o en tratamiento, lo más correcto sería realizar un informe de derivación al médico. En el informe debemos detallar todos los datos recopilados del paciente, situación actual, por qué acudió a la farmacia, qué tipo de pulso irregular hemos detectado y el motivo de su derivación.

La arritmia cardiaca debe ser detectada, contrastada y valorada por el profesional médico competente. Generalmente, después de una buena anamnesis, es objetivado con un electrocardiograma. Las fibrilaciones auriculares a veces son asintomáticas o no son continuas, por lo que necesitan, en muchos casos, estudios posteriores o en mayor profundidad con otros aparatos médicos como Holter u otros dispositivos de monitores de ECG.

Una vez correctamente diagnosticados, desde la farmacia podemos contribuir a educación sanitaria, verificación del cumplimiento terapéutico y seguimiento farmacológico.

Campañas como “Know your pulse” promovidas por SEFAC que se desarrollaron en farmacias comunitarias de España en 2018 y en 2019, mostraron cómo pacientes con fibrilación auricular diagnosticada no estaban correctamente anticoagulados, pese a tener riesgo de padecer un riesgo de accidente cerebrovascular (CHA2DS2-VASc 2) y pacientes que desconocían tener un pulso irregular y sin diagnóstico previo acudieron a su médico tras ser derivados por los farmacéuticos comunitarios para un estudio mas especifico.

Como conclusión, debemos tener en cuenta que la detección de un pulso anómalo en el transcurso de una toma de tensión en la farmacia, debe ser motivo de derivación al médico. Si, además, está acompañado de otros signos de alarma (tensión arterial descompensada, frecuencia cardiaca elevada), esta derivación ha de ser de urgencia.

Puedes seguir a Patricia Menéndez en Twitter.

 

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