La alimentación en el primer año de vida

La farmacéutica Rosa Llull resume las necesidades alimentarias durante la etapa infantil, con especial interés en los primeros 12 meses de vida. ¿Hasta cuándo leche materna? ¿Qué alimentos ir introduciendo y cuándo en la dieta? ¿Cuándo se debe empezar a comer como el resto de la familia?

Rosa Llull

Rosa Llull es Farmacéutica Comunitaria de Manacor, Doctora en Nutrición Humana y Diplomada en Nutrición y Dietética. Es miembro del grupo de Nutrición y Digestivo de SEFAC.

La alimentación es importante en todas las etapas de la vida, pero en la etapa infantil supone sentar las bases de lo que será nuestra alimentación en el futuro, y por ende de nuestra salud. Unos buenos hábitos alimentarios aseguran un buen estado nutricional y crecimientos óptimos por lo que es importante colocarla en el sitio que corresponde.

Desde la farmacia comunitaria recibimos muchas dudas precisamente en las primeras edades, sobre todo entre 0 y 3 años, periodo de grandes cambios y crecimiento ponderal. Es por ello que es muy importante que los consejos y recomendaciones que ofrecemos a los padres sean actualizados, desde el respeto a sus decisiones (siempre que no estén contraindicadas). Las recomendaciones sobre alimentación han ido variando con los años y a medida que surgen nuevas evidencias científicas se modifican y adaptan. Hagamos un repaso rápido.

La leche materna es nutricionalmente la mejor opción para el recién nacido. La OMS recomienda lactancia materna exclusiva hasta mínimo los 6 meses de edad y hasta los dos años o más con una alimentación complementaria adecuada siempre que quieran el bebé y la madre. Es a demanda, sin horarios ni rutinas, y la succión del recién nacido es básica para su instauración y mantenimiento.  Debemos apoyar a las madres/padres con las dudas que puedan tener al respecto con un buen asesoramiento en lactancia, intentando solucionar los problemas que vayan surgiendo, desde la compresión, como grietas, mastitis o crisis de lactancia entre otros. Sigue existiendo mucha desinformación al respecto, sobre todo a nivel familiar, y las dificultades que pueden ir surgiendo requieren un buen asesoramiento y apoyo desde la farmacia comunitaria por su formación, accesibilidad, disponibilidad y su derivación a especialistas como matronas y pediatras. Si la opción escogida es la leche de fórmula hay que saber orientar a los padres sobre cuál puede ser la mejor opción para el lactante, lo mismo que si se opta por la lactancia mixta a partir, por ejemplo, de la incorporación de la madre al trabajo.

A partir de los 6 meses empezamos con la alimentación complementaria, donde existen varias maneras de hacerlo, que no son excluyentes entre sí:  a base de texturas modificadas o purés, Baby-led weaning y recientemente BLISS (Baby-led weaning modificado). Lo que sí es común, es el orden de introducción de los alimentos, empezando por hortalizas, frutas, carne, pescado (evitando pez espada, atún y similares por su contenido en mercurio), legumbres o huevo. Hay que tener en cuenta que los yogures y queso tierno se pueden introducir en pequeñas cantidades a partir de los 9-10 meses de edad, hay que evitar las verduras de hoja verde como acelgas y espinacas por su contenido en nitratos y la miel hasta los 12 meses. Y sobre los alimentos con riesgo de atragantamiento como los frutos secos enteros, uvas, palomitas, etc. hay que retrasar su introducción hasta los 3 años. El gluten se puede ofrecer con el resto de los alimentos a partir de los 6 meses de edad.

Es importante recalcar que la base de la alimentación deben ser las frutas y hortalizas y deben ofrecerse tanto en la comida como en la cena o como tentempié, y utilizar cereales preferentemente integrales. Igualmente, la leche (fórmula o materna) será la principal fuente nutritiva hasta el año. A partir de los 12 meses se puede introducir la leche de vaca.

Los alimentos superfluos ricos en sal, azúcares y dulces deben introducirse lo más tarde posible, en la menor cantidad y no antes de los 12 meses de edad.

Así pues, los productos que nosotros ofrecemos en la farmacia también deberían ir en consonancia con dichas recomendaciones, por lo que los cereales, tarritos infantiles o snacks sería adecuado que fueran en la misma línea, bajos en azúcares y sal, evitando zumos y bebidas azucaradas.

Este proceso puede variar según el desarrollo motor del lactante y su interés en probar nuevos alimentos, y debe hacerse de forma lenta y progresiva.

A partir de los 12 meses, el niño debería comer igual que el resto de la familia. Y aquí viene el nuevo reto: ¿cómo come el resto de la familia? Es hora de hacer un repaso a nuestros hábitos alimentarios.

Hay dos cosas que debemos tener claras. Los niños aprenden por imitación, por lo que es complicado que, si no observan comer brócoli a los padres, ellos lo consuman después; adultos y niños deberían comer lo mismo. Y, en segundo lugar, las comidas son espacios de contacto y afecto, por lo que es importante comer en familia como mínimo una vez al día para poder acompañarlos en este proceso de aprendizaje. El tiempo que se invierte ahora en establecer unos hábitos alimentarios adecuados, es un regalo para el resto de la vida, ya que es en las etapas tempranas de la vida donde se sientan las bases de nuestra alimentación.

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