Un farmacéutico en urgencias
Una situación que me ha tocado vivir en alguna ocasión es acabar en las urgencias del hospital acompañando a algún paciente, con la bata de la farmacia puesta. Hay situaciones, generalmente relacionadas con la toma de tensión, el mal uso o la confusión con un medicamento, o por algún incidente que ocurra dentro o cerca de la farmacia, que requieren una derivación rápida a urgencias o bien llamar a una ambulancia para que se haga cargo de un paciente. En situaciones graves, la urgencia hace que salgas acompañando a la persona… y te lleves la bata puesta. Acompañar a determinados pacientes a urgencias para poder ayudarles al explicar la situación que hayamos detectado, facilita el triaje y aporta más información al médico que atiende a la persona que acompañamos, y normalmente están muy agradecidos de tener esa información adicional que el farmacéutico pueda aportar. Eso sí, no deja de ser extraño verte con la bata y la identificación en urgencias, y que algún usuario se te acerque a hacerte alguna consulta. La primera vez te sientes muy raro. A la tercera, ya te acostumbras.
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