Guillermo M. Melgar / @FarmaciaEnfurecida: “Hay gente que encuentra al amor de su vida en la universidad… A mí me pasó lo mismo, pero con Twitter”
Cuéntanos un poco de ti, Guille. ¿Cuántos años hace que ejerces de farmacéutico? ¿Por qué te decidiste a ser farmacéutico?
Me gradué hace cinco años, que parecen pocos, pero todavía no había receta electrónica. Siempre me han gustado las series y libros sobre farmacología y toxicología (iba a poner “venenos” pero igual no quedaba serio), así que me decidí por la carrera que más se enfocaba a ello: farmacia. Me encanta conocer cómo actúa una sustancia dentro del organismo y cómo poder utilizarla para tratar patologías.
Háblanos un poco de la farmacia en la que ejerces. ¿Cuánto hace que está abierta? ¿Siempre ha estado en la misma ubicación? ¿La denominación de la farmacia ha sido siempre la misma?
Lleva abierta quince años: tenemos pacientes que dicen “llevo aquí desde que abristeis”. Hemos cambiado de local (que vaya fiesta, con cubetas y todo) pero fue al lado y no se notó mucho el cambio. Lo que no hemos cambiado nunca ha sido el nombre: siempre hemos sido “la farmacia del barrio”.
¿Cuántas personas forman parte del equipo de la farmacia?
Somos cuatro (cinco si cuentas a la vecina del cuarto, que también sabe mucho de medicamentos): tres farmacéuticos y un técnico.
¿Qué servicios ofrecéis en la farmacia? ¿Cuáles son los más importantes o los que destacaríais?
Creo que la atención personalizada es lo más importante. A partir de ahí ya puedes desarrollar otro tipo de servicios, como fitoterapia o dermofarmacia, pero lo principal es individualizar toda actividad. Es lo que más agradece y le conviene al paciente.
La atención personalizada es lo que más agradece y le conviene al paciente
¿Cuál es el perfil de cliente que visita vuestra farmacia? ¿Piden muchos servicios farmacéuticos?
Somos una farmacia de barrio y tenemos un perfil muy variado: abundan (como en todas) los pensionistas y los niños. No es que lo niños vengan pidiendo nada (aunque hay mucho adicto al Dalsy), es que hay padres que vienen a por medicamentos para ellos, os lo aclaro.
Piden mucho consejo farmacéutico: somos una referencia para ellos en temas de salud y se nota. En cuanto tienen un problema o duda, vienen buscando solución. Saben que nos tienen ahí.
¿Qué herramientas de comunicación usáis con el paciente? ¿Cómo os soléis comunicar con ellos?
Por lo general, la comunicación es oral y directa: de tú a tú en el mostrador. Además, tenemos un despacho aparte para atención personalizada por si hay algún caso que requiera más tiempo o para que sea más cómodo para el paciente.
También nos gusta tener a mano su teléfono por si pasa algo o recurrir a la red de vecinas, ya sabes: “Concha, dile a Vicenta que ya ha llegado lo suyo”. Infalible y rápido. Y no falla la cobertura.
¿Y con los médicos? ¿Mantenéis una relación fluida?
¡Claro! Es muy importante mantener comunicación directa con ellos para poder vigilar la progresión del paciente en algunos tratamientos o para que cambien un medicamento que está desabastecido, por ejemplo. También para decir “¿Qué has puesto en esta receta a mano que llevamos media hora para sacarlo?”. Creo que entre sanitarios debemos coordinarnos de forma rápida y regular. Eso sí: intentamos que sea por teléfono, que por escrito ya sabes… la letra.
Hablamos ahora de tu perfil en redes, Farmacia Enfurecida. ¿Cómo y cuándo nació la idea de crearte este perfil?
Hay gente que encuentra al amor de su vida en la universidad… A mí me pasó lo mismo, pero con Twitter. Nunca me habían entusiasmado las redes sociales, pero sí escribir, así que lo utilizaba para poner anécdotas y bromas de la carrera de farmacia. Al terminar seguí haciéndolo, pero con el día a día del farmacéutico. Por suerte para mí nuestra profesión es una mina de anécdotas y situaciones graciosas o reflexivas.
¿Qué importancia crees que tienen las redes sociales para el farmacéutico comunitario?
Muchísima. Nos permiten estar actualizados e informarnos, y esto es importantísimo en nuestro trabajo. Aparte también nos permite llegar a más gente y reafirmar nuestro papel de sanitario de primera línea delante de la población a través de la educación sanitaria. Un lujo, vamos.
Las redes sociales nos permiten llegar a más gente y reafirmar nuestro papel de sanitario de primera línea delante de la población
En noviembre se publicó Esta farmacia es una cruz, una novela gráfica escrita por ti con dibujos de Maribel Carod. ¿Cómo surgió la idea de hacer y lanzar este libro?
A mí siempre me han gustado los cómics (de hecho, me llamaron Guille por el hermano de Mafalda), así que te puedes imaginar la ilusión que me hizo cuando la editorial me propuso escribir el mío propio. No me cabía la alegría en la bata.
La idea era reflejar en tono cómico el día a día de una farmacia española, de tal forma que cualquier persona que haya trabajado en una se sienta identificada, y cualquier persona que no lo haya hecho crea que es una parodia. La han clasificado de ficción, pero no lo es.
¿Cuánto de lo que le sucede a Remedios, la protagonista de “Esta farmacia es una cruz”, es autobiográfico?
Creo que Remedios es autobiográfico de toda la profesión: he querido crear un personaje con el que todos nos hemos sentido identificados alguna vez, ¿Qué mejor que una farmacéutica novata? Todos lo hemos sido. Y a todos nos ha costado que la gente se fiase un poco de nosotros, ¿Cuántas veces hemos escuchado el famoso “tú no, que me envenenas”?
¿Cómo imaginas la farmacia comunitaria del futuro?
Con cúters-laser como las espadas de Star Wars. Y, aparte, más asistencial y centrada en dar servicios: creo que estamos poco aprovechados como sanitarios, deberíamos tener más competencias. Los pacientes cada día son más conscientes de la importancia de la farmacia y debemos estar a la altura en conocimientos y competencias.
Creo que estamos poco aprovechados como sanitarios, deberíamos tener más competencias
Por último, ¿qué mensaje le darías a un estudiante de farmacia que tiene toda su carrera profesional por delante?
Que no se agobie: el sector farmacéutico es muy amplio y puede que tarde en decidirse por una rama determinada, pero hay tiempo. Y que es una profesión maravillosa (cruces aparte) con un montón de curiosidades y anécdotas todos los días, ¡adelante!
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