Motivaciones y barreras de la farmacia comunitaria para trabajar con pacientes de salud mental

Motivaciones y barreras de la farmacia comunitaria para trabajar con pacientes de salud mental

Una falta de conocimiento adecuado, bajos niveles de confianza y déficit en habilidades comunicativas son algunas de los inconvenientes señalados por los farmacéuticos para implementar intervenciones en salud mental.

Un estudio realizado en Australia a 791 profesionales farmacéuticos ha analizado los puntos fuertes de este colectivo, así como las barreras que afronta para incrementar su grado de involucración con pacientes de salud mental.

Entre los inconvenientes que encuentra la farmacia comunitaria, destaca una falta de conocimiento adecuado, unos bajos niveles de confianza y déficits en las habilidades necesarias para comunicarse efectivamente con los pacientes.

De hecho, la mayoría de participantes coinciden en que no han recibido un entrenamiento específico para ayudar a personas con problemas mentales, sobre todo en aspectos no clínicos, como por ejemplo habilidades comunicativas.

Una cuarta parte de los participantes cree que es delicado trabajar con el colectivo de pacientes de salud mental y se muestran inseguros en la manera de comunicarse con ellos. Entre el 30 y 40% de los encuestados denuncian la ausencia de información clínica sobre este tema y encuentran difícil poder hablar con los pacientes en un ámbito privado.

Más de la mitad de los farmacéuticos comunitarios encuestados señala que los pacientes se avergüenzan de sus enfermedades y, por tanto, de hablar abiertamente de ellas. Sin embargo, más de un tercio de los encuestados no están de acuerdo en que trabajar con situaciones de salud mental suponga mucho tiempo.

En cambio, los farmacéuticos comunitarios reflejan el interés por estar más entrenados o equipados, la motivación de mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias, así como las ganas de marcar la diferencia por ser este un trabajo gratificante y enriquecedor para con la comunidad.

Más del 90% de los farmacéuticos comunitarios consideran que los trabajadores farmacéuticos son miembros integrales de los equipos de salud mental y que deberían tener una mayor involucración en dichos equipos.

Además, más del 80% están de acuerdo en que la medicación de salud mental es efectiva y en que el consejo ofrecido sobre dicha medicación marca la diferencia.

Mediante el entrenamiento adecuado en las áreas en las que la farmacia comunitaria reconoce carencias, es posible que su confianza en la atención de salud mental aumente y le ayude a gestionar casos más complejos. El reconocimiento de las motivaciones y valores de los farmacéuticos comunitarios podría ser la antesala de una implementación de cambios sostenida y satisfactoria.

Por tanto, entender las motivaciones e identificar las barreras de los profesionales es importante para facilitar el compromiso de la farmacia comunitaria con las iniciativas en salud mental.

 

Fuente:

Community pharmacy staff motivations and barriers to working with mental health consumers. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27456420

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