Las farmacias de Inglaterra podrían tener un papel más activo en urgencias
La guía “Transforming urgent and emergency care services in England” plantea la necesidad de rediseñar el servicio de emergencias médicas de Inglaterra.
El National Health Service (NHS) de Inglaterra ha publicado una guía dirigida a los proveedores y gestores de los servicios de atención sanitaria y social de emergencia en la que se reclama que las oficinas de farmacia tengan un papel más activo para atender determinadas necesidades de los ciudadanos. El principal objetivo de la propuesta es aligerar la presión asistencial de los servicios de atención primaria y de urgencias para que, de esa manera, puedan centrarse en los pacientes más graves.
La guía “Transforming urgent and emergency care services in England” plantea la necesidad de rediseñar el servicio de emergencias médicas de Inglaterra.
Se pretende que los pacientes de todas las edades puedan recibir una atención más rápida y segura en las oficinas de farmacia, permitiendo que los centros de atención primaria y urgencias tengan más recursos disponibles para atender otros casos.
En ese sentido, la guía explicita los principios y políticas que deberían adoptar las comunidades locales de atención sanitaria y social para conseguir tal efecto. Es necesario fomentar la colaboración en la provisión de buenas prácticas para atender las emergencias así como implicar a las oficinas de farmacia como agentes activos de la salud, poniendo en valor su función sanitaria. La contribución de los farmacéuticos comunitarios puede ser decisiva para ayudar a los programas locales de atención de emergencias.
La farmacias comunitarias, además de llevar a cabo las campañas de vacunación contra la gripe y apoyar a los centros hospitalarios atendiendo dolencias menores y ofreciendo acceso inmediato a los medicamentos, también tendrían la potestad de tratar y gestionar la renovación de las prescripciones de los tratamientos crónicos, muy importante para liberar a los médicos de esa tarea.
Otra función sería la de atender ciertas urgencias; por ejemplo, los farmacéuticos podrían prestar atención domiciliaria en caso de que un ciudadano sufriera una caída, garantizando así puntualidad y una respuesta adecuada.
La guía aboga por la creación de un protocolo para que los centros de atención primaria, los centros hospitalarios que atienden urgencias y el servicio 111 del NHS dirijan a los pacientes con esas necesidades concretas a las farmacias comunitarias. También indica que los servicios sanitarios y sociales locales deberían informar a la población de esta posibilidad y anunciar los horarios de las farmacias comunitarias de cada zona.
