Botika Aretxabaleta

"Con los servicios podemos hacer mucho por la gente"

Los servicios, una de las bases de su éxito.

Victoria, tienes ya 35 años de experiencia en el mundo de la farmacia y tu apuesta por los servicios profesionales farmacéuticos ha sido siempre destacada…

Los servicios siempre han sido mi sello. Pienso que la medicina es un todo muy completo y que con un solo sistema no se cubren siempre todas las necesidades. Por eso ofrezco un amplio abanico de servicios en mi farmacia. Realizamos analíticas, controles de tensión, dermofarmacia y tenemos una amplia sección de ortopedia. También ofrecemos algunos servicios más relacionados con la medicina alternativa, como la homeopatía y fitoterapia, en las que me he formado. 

¿Qué ventajas ofrecen?

En la farmacia, los servicios profesionales nos permiten diferenciarnos de los demás, no hacer lo que todos hacen. Además, con los servicios puedes hacer mucho por las personas. Aquí, por ejemplo, en nuestra zona, tienen muy buena aceptación. De hecho, cuando los implanté en farmacia rural –en una localidad de unos 800 habitantes–  también tuvieron una acogida positiva.

¿Cuáles son las principales diferencias que observas entre tu entorno actual y la farmacia rural donde trabajaste antes?

Más que por el entorno, la diferencia la veo con el paso del tiempo. En mi opinión, el farmacéutico comunitario titular ahora debe hacer muchas tareas de gestión que le alejan del mostrador. Yo soy farmacéutica de mostrador y por eso no me gusta la falta de contacto con las personas. Creo que se pierde el valor añadido que podemos aportar a los pacientes, queda difuminado entre tanta gestión. Pero tienes que adaptarte a los nuevos tiempos y a los cambios…

El espacio digital tiene un papel muy importante en este sentido. ¿Tenéis presencia online?

Sí, estamos en redes sociales y tenemos una página web, precisamente porque no nos podemos quedar atrás. De todos modos, nuestros espacios digitales no son escaparates de productos, no creo en este modelo. Yo las concibo como un centro divulgativo, en el que ofrecer conocimiento práctico sobre diversos temas, como alimentación, cuidado a las personas mayores, etc.  De hecho, el espacio digital es el canal que tenemos para llegar a las personas jóvenes, que se fijan más en los mensajes del Facebook que en los carteles que tienen delante en la misma farmacia. El reto pues, es que la información y el conocimiento les llegue. 

La comunicación con otros profesionales farmacéuticos –como médicos de atención primaria–, ¿es también un reto?

La verdad es que aquí es poco fluida. En este sentido, lo era mucho más en los pueblos más pequeños. No es que haya mala comunicación, simplemente es que tendría que ser mejor. De hecho, existe más comunicación desde la farmacia hacia atención primaria que al revés. Yo llamo habitualmente para hacer consultas, pues debemos tener en cuenta que la mayoría de personas cuentan más cosas en la farmacia comunitaria que en el ambulatorio.

¿Cómo mejorarías la situación?

Con iniciativas que vean a la persona como un todo. Ahora, por ejemplo, Servicios Sociales ha puesto una en marcha un taller de prevención de caídas de personas mayores en el que participamos profesionales sanitarios, fisioterapeutas y  nosotros. A mí me han llamado como ortopeda y estoy muy contenta de que me lo hayan propuesto. Estas cosas se deberían hacer más.

¿Qué le pides al nuevo año?

Tranquilidad, y que se reconozca que tenemos una farmacia con buenos profesionales, que aportamos mucho valor a la sanidad pública.

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