Amaya Mendoza

Amaya Mendoza: En un pueblo, los servicios acercan la farmacia al paciente porque no tiene que ir

La ilusionada nueva farmacéutica de Peralta de Alcofea (Huesca) nos explica su visión y sus ideas sobre los servicios en farmacia rural.

Amaya Mendoza hace pocas semanas que regenta su farmacia en Peralta de Alcofea (Huesca). A pesar de su recién estrenada titularidad, lleva trece años ejerciendo como farmacéutica en una localidad cercana, Benasque. Con la ilusión de haber empezado un proyecto nuevo, Amaya ha hablado con el Observatorio sobre la importancia de ofrecer servicios en la oficina de farmacia en zonas rurales. Escuchamos sus ideas.

Durante estos años trabajando en una farmacia rural, ¿has detectado la necesidad de ofrecer servicios más allá de la dispensación de medicamentos?

Sí, y la gente del pueblo lo agradece. Ofrecemos servicios de nutrición, de homeopatía, control de la tensión arterial, del azúcar, etc.  Intentas especializarte y, al mismo tiempo, abarcar mucho más campo para cubrir todas las demandas que puedan tener los vecinos.

En general, son servicios que acercan la farmacia al paciente, para que la gente del pueblo no tenga que irse a las ciudades a buscarlos.

 

El factor “confianza” entre el farmacéutico y el paciente debe de ser muy importante...

Imagino que mucho más que en las ciudades. Tienes que pensar que estamos hablando de una zona muy rural, en la que el paciente es muy fiel. Peralta tendrá unos 450 habitantes y también voy con el botiquín a otros dos pueblos que tienen unos 150 habitantes cada uno. La gente de esos pueblos te agradece que les acerques los servicios, sobre todo la gente mayor, que muchas veces no tienen coche ni forma de llegar a la farmacia. Te llaman, te dicen las cosas que necesitan, voy al médico, recojo las recetas y luego hago el servicio. Es un trato directo al paciente, y ellos te lo agradecen enormemente. Estamos alejados de las ciudades y damos servicio en una zona en la que no hay muchas opciones.

 

¿Hay algún servicio que te gustaría prestar y que ahora mismo no puedes?

Pues la verdad es que tengo muchas ideas. Por ejemplo, me interesa el tema de la veterinaria. En las zonas rurales es muy importante pero no se puede ofrecer un servicio de dispensación de medicamentos para animales sin un veterinario de por medio. También me interesaría ofrecer algún tipo de servicio dental, pero claro, no tengo la titulación... aunque si no existieran tantas trabas podría pensar en ponerlo de forma externa... La oficina de farmacia tiene que cambiar. Estoy convencida de que en diez años va a ser diferente. Las faramcias serán un gabinete de estética, o una especie de pequeñas clínicas, o algo parecido. Porque los medicamentos cada vez son menos rentables, y más  las zonas rurales.

 

Respecto a esta relación que dices que te gustaría establecer con profesionales de algunas especialidades, imagino que debería ser muy estrecha. Hoy por hoy, ¿qué tipo de relación tienes con los médicos?

La verdad que muy buena, y así tiene que ser. Quizás en las ciudades la relación es distinta pero aquí siempre ha sido muy fluida. En mi caso, me he encontrado profesionales muy buenos, que tienen muy claro que la atención sanitaria empieza en el farmacéutico.

 

Hablamos, pues, de una atención integrada.

Exacto. No se puede entender nuestro trabajo como el simple hecho de dar un medicamento. Nosotros también podemos aconsejar sobre aspectos sanitarios. Es decir, recomendar una alimentación más equilibrada, o alertar sobre malos hábitos de vida, para evitar que la gente tome demasiados medicamentos. El médico hace las prescripciones pero la interacción del farmacéutico también es importante para modificar unos hábitos que han conducido al paciente a tener que tomar esa medicación. La salud tiene que entenderse de un modo integrado, desde la fisioterapia, la osteopatía, el servicio médico, el servicio farmacéutico... 

 

Se tiene que entender lo que necesita el paciente, no sólo aquello que pide.

Claro, cuando te llega alguien con un catarro y quiere sólo medicamento, se le puede aconsejar que beba mucha agua, que tome naranja o que compre algún producto de la farmacia como podrían ser los propóleos. Intentamos ofrecer un servicio que mejore la calidad de vida de los pacientes.

 

 

Por lo que respecta a las redes sociales y a las nuevas tecnologías, ¿las utilizas en la farmacia?

Sí, sobre todo con los más allegados. Aunque sólo llevo 15 días como titular, sí que me interesaría moverme más por las redes sociales. Los pacientes de más de 50 años son muy accesibles porque ellos mismos vienen a buscar la medicación a la farmacia. Pero los pacientes más jóvenes, los que tienen entre 20 y 45 años, si no tienen hijos nunca pisan la farmacia y un modo de llegar a ellos es a través de las redes sociales. Sobre todo a través del Facebook. Las redes sociales son el único modo de llegar a ese tipo de clientes, y más en las zonas rurales. En las ciudades es distinto porque si entras en una oficina de Zaragoza, verás que no tiene  nada que ver con la de Peralta. Parece que estemos hablando de cosas distintas, de dos mundos aparte. En las zonas rurales la presencia de un farmacéutico se valora mucho.

 

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