Caso práctico: ¿es rentable este producto?

Caso práctico: ¿es rentable este producto?

¿Qué mejor manera de entender un concepto que a través de un caso práctico? Hoy os explicamos qué es la rentabilidad y os proponemos un ejemplo para que podáis aplicar con los productos que ofrecéis en la oficina de farmacia.

Tal y como nos cuenta Paco Cobo en el post “Productividad y eficiencia en la Oficina de Farmacia”, la productividad es la relación entre la cantidad de producto obtenida por un sistema productivo y los recursos que hemos utilizado para obtenerlos. Así, teniendo en cuenta factores esenciales como el entorno, la evolución del negocio y los elementos que detallan la calidad del mismo, obtendremos cuál es la productividad de nuestra Oficina de Farmacia.

Sin embargo, es muy fácil confundir productividad con rentabilidad y en este post os proponemos un ejemplo práctico para conocer la rentabilidad de cualquier producto que ofrezcamos en nuestra Oficina de Farmacia.

La rentabilidad de un producto o servicio es la capacidad que tiene para generar suficiente ganancia: por ejemplo, un negocio es rentable cuando genera mayores ingresos que gastos; un servicio es rentable siempre que los beneficios económicos que nos aporte sean suficientemente superiores a los gastos que nos genere producirlo o desarrollarlo. Técnicamente mide la relación entre la utilidad o ganancia del producto o servicio, y la inversión o recursos que se utilizan para obtenerlo.

Os proponemos un ejemplo: compararemos la rentabilidad de dos marcas de cremas solares de nuestra oficina de farmacia. Es cierto que a lo largo del año no suponen un gran volumen de ventas, pero en la época estival, llegado el verano, se convierten en un gran producto.

Adquirimos dos marcas de cremas solares: A y B. En el último ejercicio hemos realizado una inversión en la Marca A de 2,280€ y una inversión de B de 840€.

Las unidades vendidas han sido de 400 de A y de 250 de B. Al terminar el ejercicio hemos vendido en nuestra farmacia 3,000€ de A y 1,200€ de B.

En términos absolutos, el beneficio de la marca A es más alto que el beneficio de la marca B. Así, la marca A aporta casi el doble de beneficio que la marca B al resultado global.

Desde este punto de vista, el producto A es mejor que el producto B para nuestra Farmacia.


CUENTA DE RESULTADOS (€)

Marca A

Marca B

Total

Ventas

3,000 €

1,200 €

4,200 €

Costes

2,280 €

840 €

3,120 €

Resultado (Ventas – Costes)

720 €

360 €

1,080 €


Sin embargo, utilicemos ahora, en términos relativos, la rentabilidad de cada marca:




La Marca A aporta un 32%, y la Marca B un 43%, de sus cifras de ventas respectivas al beneficio de la empresa. Según el análisis en términos relativos, es más rentable la marca B que la marca A de cremas solares.

Podemos concluir de esta forma que la inversión en la marca B nos supone un valor de retorno de 11 puntos porcentuales más que invertir en la marca A, a pesar de que en un principio y a simple vista pareciera lo contrario.

Como veis, es importante hacer un análisis exhaustivo de los productos en los que invertimos nuestros recursos, para ver con claridad cómo debemos gastarlos. ¿Analizáis detenidamente la rentabilidad de los productos en la Oficina de Farmacia?

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